miércoles, 14 de agosto de 2013

The Social Network a través del psicoanálisis: Mark Zuckerberg como paciente de Trastorno narcisista de personalidad

Ya pronto serán tres años desde la fecha en que se estrenó The Social Network: Uno diría que el momento para escribir sobre esta película ya pasó. Pero, hasta hace poco, cada vez que veía esta película le encontraba algo nuevo – una línea, una toma, que la conectaba con otras líneas y tomas en la película, tejiendo en el aire una figura que cada vez que la veía tomaba más y mejor forma. ¿Cuál es esta figura? En apariencia, The Social Netwrork es una película que cuenta la historia de Facebook – la historia de cómo Mark Zuckerberg, estudiante de 19 años de Harvard, crea una nueva red social, para después ser demandado por los gemelos Winklevoss, un par de gemelos que argumentan robo intelectual, y Eduardo Saverin, ex mejor amigo de Mark y cofundador de la compañía, que argumenta perjurio.

Desde luego The Social Network no es la historia ‘verdadera’ de Facebok. Hasta la fecha se han hecho varias entrevistas en las cuales el ‘verdadero’ Mark Zuckerberg ha ‘desmentido’ varios hechos y perspectivas que muestra le película pero que no fueron ‘reales’. Sin embargo, hay que recalcar que una película nunca tiene la obligación de ser fiel a la realidad – una obra de ficción, tanto literaria como fílmica, tiene la opción de explorar otros temas si así cree conveniente. E inclusive si es ‘fiel’ y muestra los hechos tal como ocurrieron, la ficción nunca será como la vida precisamente porque la ficción es, básicamente, mentira y la vida es la realidad cotidiana no inventada. El mismo guionista de la película, Aaron Sorkin, ha declarado que la historia ‘verdadera’ de Facebook no le interesó en absoluto a la hora de escribir el guión; lo que sí le interesó fue la historia que toca temas tan viejos como el arte de contar historias: amistad, poder, envidia, clase y lealtad. Sin embargo, para mí The Social Network va más allá que eso. Vibrante y oscura, me parece que The Social Network explora un tema que han explorado otras películas de soslayo pero que en este caso es más tangible: El Trastorno Narcisista de la personalidad que proyecta su protagonista, Mark Zuckerberg a través de sus acciones y diálogos. Para tratar este tema, no obstante, hay que separar el Mark Zuckerberg ficticio del real, y tomar en cuenta el guión tanto como la película.

Empezaremos este análisis hablando un poco sobre el Trastorno narcisista de la personalidad. Todos los seres humanos nacen con el deseo natural de ser amados y aceptados, lo que en términos freudianos se conoce como el narcisismo primario. Sin embargo, cuando este narcisismo no es propiamente manejado se puede desviar hacia otros rumbos. Algunas manera de contaminar este narcisismo primario son, según Groopman et al, descuido o esporádico cuidado de los padres hacia los niños, abuso emocional en la infancia, excesiva admiración sin retroalimentación realista, elogios por parte de adultos hacia talentos y apariencia extraordinarios. Muchas personas con este trastorno vivieron sometidas en la infancia a fuerte crítica o, para obtener el amor (condicionado) de sus padres, necesitaban ser de cierta manera o no. En este escenario donde los niños aprenden que para obtener la aprobación o amor de sus padres estos deben percibirlos de cierta manera. En este escenario donde también los niños aprenden a manipular esta percepción de sus padres: a ocultar lo negativo en ellos (o distraerlos apuntando lo negativo de los demás) y solamente mostrando la parte aceptada.

Aunque la etiología de este trastorno no se conoce a ciencia cierta, estos factores contribuyen hacia el desarrollo de aquel. Ahora, no podemos saber cómo fue la infancia de Mark Zuckerberg ni su relación con sus padres o hermanos – la película no los muestra ni los menciona más que sólo una vez –, pero podemos inducir que Mark ha vivido alguna de estas situaciones ya que despliega algunos síntomas del trastorno narcisista. ¿Cuáles son estos síntomas? Arrogancia y desprecio por los demás, necesidad de admiración y falta de empatía, agresividad y vergüenza, disimulo e inseguridad: todos al mismo tiempo y con particularidades. ¿Cómo demuestra Mark Zuckerberg estos síntomas?

En primer lugar, la necesidad de admiración y ser el centro de atención es algo que es característico de Mark desde el principio de la película. De hecho, una de las primeras líneas de la película es una pregunta que le hace Mark a su novia Erica en el bar: “¿Cómo te distingues entre una población en la que todos sacan 1600 puntos en sus SAT [exámenes de admisión para la universidad en Estados Unidos]?” De entrada con esta línea sabemos que una preocupación de Mark es atraer atención en un lugar en el que ser extremadamente inteligente, como él, no es suficiente para resaltar entre los demás. Dice además algunas maneras para sobresalir y menciona remar, cantar en un grupo a capela o entrar a un club en la universidad, lo que se conoce como “Final Club” en inglés. Sin embargo, sin talento social o artístico, Mark tiene que recurrir a otra cosa para resaltar: su talento con computadoras. A propósito de esta característica, el guión de Sorkin dice que, después de la pelea en el bar con Erica, Mark regresa a su habitación y se sienta frente a su computadora, lo cual es “el único lugar en el que [Mark] se siente cómodo”. Y es gracias a este talento que Mark crea Facemash.com, una página en la cual compara fotos de otras estudiantes para que usuarios la califiquen. A pesar ser repudiada por las mujeres, Facemash.com obtiene bastante notoriedad: 22 mil visitas en dos horas, que, dentro del contexto de la película, parece ser algo trascendente.

Algunos momentos en los que podemos rastrear esta inseguridad es, por ejemplo, la discusión que tiene con Eduardo, después de que éste congeló la cuenta bancaria de Facebook. Reclamándole esto último, Mark dice a Eduardo “sin dinero, el sitio no puede funcionar… No regresaré a la noche caribeña en A-E-Pi”. Esta fiesta, que dicho sea de paso es la fiesta cuando Mark propone a Eduardo la idea de Facebook:

Mark: Vayamos afuera
Eduardo: Está a 20 grados afuera
Mark: No puedo ver esa imagen de las Cataratas del Niagara que no tienen nada que ver con el Caribe

El guión de Sorkin describe esta fiesta de la siguiente manera: “el pasillo ha sido convertido en la noche caribeña de Alpha Epsilon Pi” y la fiesta es tan mala como su música…Lo importante es que [esta fiesta] está muy lejos de parecerse a la fiesta del club que vimos al principio…[hay] una mesa con ponche y galletas surtidas...”. Esta descripción, junto con la opinión de Mark, nos hace comprender que Mark ve esta fiesta es patética. Sin embargo, sin otras fiestas más divertidas, como la fiesta del club del principio, Mark se tiene que conformar y, por ende, formar parte de ella.

Refiriéndose a esto último, Mark, enojado, cuestiona a Eduardo en el teléfono: “¿Te gustaba ser un donnadie, te gustaba ser un chiste? ¿Quieres regresar a eso? Este diálogo demuestra que Mark se sentía como un donnadie y un chiste al asistir a la fiesta de AEPi, mucho antes de tener Facebook y poder.

La inseguridad, el dolor de sentirse débil o inferior o abusado, lleva a los narcisistas a crear una máscara – una imagen de grandiosidad o invulnerabilidad en esencia falsa pero que a ellos les parece muy real. Desde luego, la creación de esta máscara no es consciente sino inconsciente. A diferencia del doctor Jekyll y Mr. Hyde, los narcisistas no van de una personalidad a otra cuando ellos decidan: para los narcisistas la fachada que ellos han creado para venderla al mundo es su verdadera personalidad. La fachada, al ser muchas veces atractiva (los narcisistas son, por lo general, personas de éxito, ricas, bien parecidos y talentosas), recibe elogios y aceptación – lo que los narcisistas consideran amor. Mark, al convertirse en presidente de Facebook, crea inconscientemente esta imagen pública que trataba de crear cuando buscaba entrar a un club de Harvard. Desde la creación de Facebook, Mark escondió dentro de sí aquel chico inseguro que se sentía ignorado para convertirse en el poderoso creador de Facebook, quien proyecta una imagen de éxito, poder e inteligencia notable. Es esta máscara tras de la cual se protege cuando, en la audiencia con Eduardo, Mark dice, súbitamente enojado: “Usted sabe que el dinero no es muy importante para mí pero hoy en día puedo comprar la calle Mount Auburn, tomar el Club Phoenix [el club de cual Eduardo es miembro] y convertirlo en mi mesa de ping pong”. Este arranque de arrogancia, una manera de reafirmar su máscara de indolencia, es una barrera que Mark utiliza para escudarse del dolor que le produce precisamente lo que le dice la abogada de Eduardo justo antes del arranque de arrogancia: Envidiar a Eduardo por haber sido contactado por el club Phoenix, cuando lo que Mark más deseaba esa precisamente esto. Esta máscara Mark la lleva puesta en casi la mayor parte de la película

Sin embargo, esta máscara, al proteger al narcisista de la agresión externa, también lo torna indolente hacia su propio dolor y al de los demás – es por esta razón que a los narcisistas se les considera faltos de empatía. Según Randi Kreger, el problema del narcisista es carecer de contacto con su verdadero yo. Una personalidad sin máscara ni escudos está consciente del impacto de sus consecuencias hacia los demás, ya que entiende que al lastimar a los demás se lastima a sí misma. Esto es evidente en Mark, quien, aunque en teoría comprende el daño causado, por ejemplo, a Erica al escribir pestes sobre ella en su blog. Tampoco siente lo que las estudiantes sienten al verse comparadas en internet. Tampoco toma responsabilidad por el daño y la impotencia de los gemelos Winklevoss y Dyvia al robarles su idea. Tampoco quiere aceptar lo que Eduardo, su mejor amigo, siente cuando Mark lo traiciona y lo saca de la compañía. Muy al contrario: Mark inclusive en claro sadismo continúa atacando a los demás inclusive cuando estos tienen razones para demandarlo. Por ejemplo, a Eduardo lo ataca durante las audiencias cuando Gretchen, la abogada de Saverin, menciona el total de dinero que Eduardo aportó a la compañía: 19 mil dólares. Acto seguido, Mark detiene la audiencia para hacer una nota en su cuaderno y decir: “sí, tengo la misma cuenta” y mira retadoramente a Eduardo, diciéndole algo así como “Sí, pusiste 19 mil dólares: me importa un comino”.

Según Kernberg, el narcisista categoriza a la gente en dos grupos que a la vez tienen subgrupos: aquellas a las que admira (y envidia) y aquellas a las que desprecia (por ser mediocres), y aquellas de las cuales puede sacar un provecho y aquellas de las que no. La relación de Mark con los otros personajes de la película es parecida a la descripción de Kernberg,  en el sentido de que es parasítica. Vemos esto, por ejemplo, cuando da a entender que ve a Erica, su novia, como mediocre. En la conversación en el bar, al principio de la película, Mark le dice a Erica “tú no tienes que estudiar... porque asistes a B.U [Boston University]”, a lo cual Erica responde: “Lamento que no estés lo suficientemente impresionado con mi educación”. Mark desde luego dice esto ya que él asiste a una escuela con más prestigio – y aparentemente, para él, con más desafío – que Boston University: Harvard. La condescendencia de Mark también es evidente cuando en la escena más viciosa de la película hace de menos a todos en la habitación, inclusive a sus propios abogados, cuando le dice al abogado de los Winklevoss lo siguiente: ‘Usted tiene parte de mi atención – lo mínimo. El resto de mi atención se encuentra en las oficinas de Facebook donde mis colegas y yo nos encontramos haciendo cosas que nadie en esta habitación, incluyendo especialmente a sus clientes, son intelectual o creativamente capaces de hacer. ¿He contestado adecuadamente su condescendiente pregunta?”

Sin embargo, a pesar del choque entre Mark y los gemelos Winklevoss, su relación no es tan unilateral. Mark, al principio de la película, los admira aunque esta admiración no se asevere. Aun así los gemelos tienen características que los hacen figuras que Mark podría admirar: son altos, bien parecidos, ricos y miembros del club Porcellian. Podemos deducir esta admiración teniendo en cuenta que Mark sabe que para entrar a un club podría, por ejemplo, remar (dice esto en la conversación con Erica).

Las otras dos categorías en las que un narcisista categoriza a la gente también las vemos en Mark. Cuando los Winklevoss se le acercan para pedirle trabajar con ellos, Mark, al enterarse que reman en la escuela, acepta ir con ellos porque sabe que puede sacar algún beneficio, como entrar a un club: los chicos que reman son generalmente chicos miembros de clubes. Lo que obtiene es algo muchísimo mejor: la idea para crear Facebook. Haciéndolos a un lado, Mark va hacia otra persona que considera su amigo pero también de la cual puede obtener algún beneficio: Eduardo, quien acepta poner mil dólares – y dieciocho mil más adelante en la película para la compañía. Desafortunadamente para Eduardo, él no puede dar lo que Mark exige; aparentemente, solamente Sean puede llevarlo hacia donde Mark quiere. Lo cual es cierto: Sean no solamente le consigue una esfera social muchísimo más alta que la de Harvard, puesto que le consigue una cita con la amiga de una modelo de Victoria Secret, sino también inversionistas y presencia virtual en Europa (en la competencia de remo en Inglaterra, los Winklevoss y Dyvia se enteran, a través de un comentario de un aparente amigo de la familia, que Facebook se encuentra presente en varias escuelas). En la discusión que sucede noche antes de que Eduardo congele la cuenta de Facebook, él y Mark discuten. Eduardo se queja de Sean, Mark defiende a éste último; Eduardo dice que ha pasado todo el tiempo en Nueva York, buscando publicistas; Mark, resentido, lo encara y pregunta: “¿y cómo te ha ido hasta ahorita?”. Esta frase y la expresión de Mark son importantes, porque comunican lo inaccesible y testarudo que es Mark: resiente a su amigo por no aportar tanto a Facebook como Sean.

Aun así, según Kernberg, los narcisistas temen a quienes también envidian, ya que los narcisistas proyectan en aquéllos sus propios deseos de explotación en busca de beneficio y los perciben como posibles agresores y coercitivos (Kergner), por lo cual los narcisistas con incapaces de confiar en nadie. Es técnicamente imposible argumentar que los gemelos Winklevoss representan una amenaza para Mark, ya que desconocemos si lo ven como ayuda o provecho: inclusive la película los muestra como pacientes, modestos y nobles. El guión los describe como chicos con apariencia de modelos Abercrombie, que, aunque son atletas muy competitivos, no gustan de presumir, mucho menos con sus compañeros (Sorkin). Sin embargo, según Andrea Hurst, el narcisista, al demandar ser el centro del universo, guarda su lugar con celosía de intrusos. Con sus talentos deportivos, apariencia física, riqueza y popularidad, los hermanos Winklevoss son una gran  amenaza para Mark; por ende, ésta bien puede ser otra razón por la cual Mark los aplastó al robarles su idea: preservarse a sí mismo. Esto, desde luego, apunta a su inseguridad. A quien sí podemos ver como una gran amenaza es a Sean Parker. Justo después de la confrontación con Eduardo, Sean comenta a Mark sobre la fiesta que organizará en KES, la hermandad a la que pertenece Ashleigh, una interna a quien, en apariencia, le gusta Mark. Sorprendido por el comentario, Mark pregunta a Sean si ellos han tenido que ver, a lo que Sean responde “¿Yo y Ashleigh? No. Bueno, un poco”. Pronunciadas estas palabras, la cámara se enfoca en el rostro de Mark, quien, decepcionado, asiente como pensando con envidia: “Era de esperarse”. Ashleigh llega en ese momento para darle un paquete a Mark: sus tarjetas de presentación que mandó a hacerse y entregar cuando llegaran al millón de usuarios. Todos gritan y Sean felicita a Mark y lo abraza. Lo que dice el guión sobre esta escena es importante: “Festejos hacen erupción… Sean abraza a Mark pero Mark no parece responder el abrazo…” Estos puntos suspensivos sugieren un descontento de Mark hacia Sean por involucrarse con Ashleigh, lo cual a su vez es importante porque, al final de la película, Marilyn, la asociada de la firma de abogados que presenta al presidente de Facebook, sugiera que probablemente fue el mismo Mark quien llamó a la policía para que ésta fuera a la fiesta en la cual estaba Sean y lo arrestaran. ¿Por qué esta fiesta es importante? Éste es el único agujero en la trama, para el cual es necesario acudir a la vida ‘real’. En la película, habiendo conseguido inversionistas para Facebook, Sean Parker pasó a ser uno de los presidentes de la compañía. En la vida ‘real’ una fiesta con drogas sí ocurrió y Sean terminó en la cárcel. Debido a este incidente, según Kit Eaton, los inversionistas de Facebook creyeron que Parker ya no podía fungir como presidente de aquélla y lo obligaron a renunciar, a pesar de aún ser dueño del 7 % de la compañía. La situación en la que se encontró Sean es, en apariencia, parecida a la situación en la que se encontraron Eduardo, los gemelos Winklevoss y Dyvia: los cuatro fueron desplazados por Mark, cada uno por razones precisas. La de Sean: haberse involucrado con Ashleigh. Todo esto desde luego no se puede asegurar; es una mera especulación – pero me da la impresión de que esta especulación era precisamente lo que quizá buscaba Aaron Sorkin en primer lugar: plantar la duda sobre Mark – hacernos (sospechar que el presidente de Facebook es quizá peor de lo que ya es.

Volviendo al tema del provecho del narcisista, me gustaría detenerme un poco para explorar no lo que Mark busca a través de Facebook sino lo que no busca: dinero. Desde luego Mark obtiene muchísimo dinero una vez que la compañía obtiene inversionistas y se expande; sin embargo, la creación de Facebook me recuerda la perspectiva que tiene Mark Greif sobre ciertos hipsters. En su ensayo, The Hipster in the Mirror, Greif dice que “La estrategia de un subgrupo hipster es menosprecian a otros [grupos] como licenciados en humanidades con mucho tiempo libre”; este ataque va dirigido hacia chicos de clase media alta que se mudan a ciudades al terminar la universidad con esperanza de trabajar en las ‘profesiones creativas’. Estos hipsters son ultimadamente desprovistos de clase, presa de internados abyectos e ignorados en la jerarquía urbana, pero capaces de usar habilidades aprendidas en la universidad como clasificación, categorización y apreciación para generar un cuerpo cultural cool. Ellos, en cambio, corrompen el fondo hipster, [lo cual] reta al rico inculto, quienes, provistos de dinero pero no de cultura, quienes convierten capital real en ‘capital cultural’”. En este sentido Mark demuestra una actitud parecida a la descrita por Greif respecto al dinero: a él no le interesa el dinero per se; lo que le interesa es crear un capital que la gente a su alrededor pueda reconocer como moneda de cambio. En un tiempo fue el dinero, en un tiempo fue la cultura, en el tiempo de Mark es la tecnología. Con MySpace y Friendester circulando por la red, popular entre la juventud, era de esperarse que el dueño de una red social tan cool como Facebook se convirtiera en una celebridad, lo cual así sucedió. En la audiencia con los hermanos Winklevoss y Dyvia, este último dice que, al lanzarse Facebook a Harvard, “explotó. Todos mundo en el campus lo usaba. ‘Facebookeame’ era la expresión común al cabo de dos semanas… y Mark era el héroe del campus que incluía 19 laureados con el premio Nobel, 15 ganadores del premio Pulitzer, dos futuros atletas olímpicos [refiriéndose a los hermanos Winklevoss] y una estrella de cine [refiriéndose a Natalie Portman]”. Hay que recordar que cuando Eduardo le propuso meter publicidad al Facebook para generar ganancias, Mark dice que lo único que saben sobre el Facebook es que es cool, lo cual es un ‘bien’ que no piensa dejar ir. Sean Parker está de acuerdo con eso, diciendo casi lo mismo que Mark en la cena en Nueva York. Hay que recordar que, hasta entonces, Mark ya ha hecho algunos intentos por crear algo cool que guste a la gente: Facemash.com, que desde luego obtuvo notoriedad pero no fue su mejor idea, pero también CourseMatch, un programa para ver las clases que amigos toman en la escuela y una aplicación para un reproductor Mp3 que reconoce el gusto musical del usuario (todo esto lo sabemos cuando los Winklevoss invitan a Mark al club Porcelain). Cuando Dyvya pregunta por cuánto dinero lo vendió, Mark dice que no vendió su aplicación – la subió gratis. “¿Por qué?”, pregunta Dyvia. En la película Mark contesta solamente alzándose de hombros. El guión describe esta respuesta de la siguiente manera: Mark se alza de hombros que dice ‘no sé’ y ‘jódete’ al mismo tiempo”. Porque es precisamente el deseo de popularidad entre sus iguales, gente joven, la razón por la cual Mark subió aquella aplicación gratis: en el intento de convertirla en capital, fracasó.

Hay otro aspecto de The Social Network que me gustaría analizar: las audiencias. A pesar de que las audiencias son de carácter legal, también tienen cierto carácter terapéutico, en el sentido de que manejan resentimientos y frustraciones, las opiniones de los afectados por Mark y la manera de responsabilizar a este último de sus acciones. No obstante, como mencionamos anteriormente, Mark es sordo a las emociones ajenas y por ende no comprende el daño infligido hacia la gente a su alrededor. Las audiencias, en este sentido, le sirven a Mark como espejos en el cual puede ver reflejados sus propios errores. Sin embargo, Mark nunca acepta voluntariamente sus fallas. Enojado y torturado, el presidente de Facebook siempre trata de superar los argumentos de sus contrincantes acudiendo a la lógica y argumentos calculados y fríos: “si fuera los creadores de Facebook, hubieran inventado a Facebook [esto lo dice a los Winklevoss y Dyvia]”. ¿Por qué Mark no reconoce sus errores? Por dos razones. La primera, porque el narcisista no puede equivocarse, no puede mostrarse vulnerable ante los demás y ante sí mismo: al adoptar la imagen de infalible e invulnerable, Mark siempre se resiste, como es de esperarse, a estar en contacto con los sentimientos ajenos: la culpa es mucha, la vergüenza es grande. Y es aquí donde entra la segunda razón. Como dijo Andrea Hurst, el miedo del narcisista a los intrusos le precipita un deseo de domesticar al “otro” (es decir, ante quien debe disculparse), y al hacerlo se pone a salvo de lo que “el otro posee”: crítica, enojo, reproche. En este sentido, el “otro” es Erica y la “domesticación” es la invitación de Mark a aquélla de hablar a solas en el bar, mucho después de los comentarios en el blog y de haber terminado. Erica se niega y le reclama los comentarios publicados en internet. Mark trata de ‘domesticarla’, insistiéndole que hablen a solas, ya que no quiere disculparse en público: los amigos de Erica, con su sola presencia, son intrusos en el universo de Mark. Los abogados, que nunca logran que Mark por cuenta propia reconozca sus errores, también son intrusos de los cuales Mark se tiende que defender. En ambos casos, el de Erika y las audiencias, disculparse equivaldría en este caso a quitarse la máscara que ha cargado y velado durante tanto tiempo, a tomar su dolor, el de Erica y los demás y hacerlos propios, equivale a humillarse e invitar a todos a ser testigos de su humillación. Sin embargo, más allá de la humillación, psicoanalíticamente la aceptación de sus errores es también una liberación de la culpa y la vergüenza, una catarsis. Cosa que nunca acaece en la película. Podemos interpretar esta situación en la que Mark, orgulloso, desprecia a los abogados como el resentimiento y agresión que el narcisista tiene y siente hacia el terapeuta por éste ofrecerle ayuda (Hurst). Como dijo Lacan: “lo que en apariencia es el orgullo vengativo del sufrimiento mostrará su verdadera cara… en la resistencia al amor propio”. De este modo, Mark no pide disculpas, no acepta sus errores y sigue agrediendo a los demás y por ende agrediéndose a sí mismo, lo cual se traduce en una resistencia por quitarse su máscara de superioridad para entrar en contacto con sus sentimientos y por ende su amor y dolor propios. En ese sentido Mark se embarca en una “pelea hasta la muerte” (Hust) debido a la suposición de que, al rendirse ante el otro (es decir, pedirle disculpas), pierde algo. Desde luego que, al pedir disculpas, perdería algo: su dolor o, por lo menos, parte de él. Al no hacerlo, Mark es rico en sufrimiento.

Por último, me gustaría tocar someramente el tema de Mark y su relación con las mujeres. En la película las mujeres cercanas a Mark son: Erica, Alice – amiga de Christy, novia de Eduardo –, Ashely y Marilyn, la asociada de la firma que lo representa. Con todas tiene una relación particular: Erica, su ex novia enojada; Alice, la groupie con la que se acuesta sólo una vez para no volver a verla (por lo que podemos inducir); Ashleigh, la inter; Marilyn, miembro de su equipo.

Ashleigh, como hemos visto, es posiblemente el detonante de la ruptura entre Sean y Mark al final de la película. Lo único que podemos deducir de Mark analizando a Ashleigh es que esta última representaba un territorio – el territorio de Mark deseaba conquistar para sí mismo, y, al verse invadido, Mark toma, posiblemente, una postura de venganza. Ashleigh representa el deseo inicial de Mark por tener acceso a chicas hermosas una vez logrado su cometido de trascender; sin embargo, vemos que Mark se encuentra aún en la misma situación del principio de la película: en la que, a pesar de ser presidente de Facebook, famoso y millonario, su relación con las mujeres es aún precaria, y ellas terminan eligiendo a otros hombres, como en este caso, Ashleigh se inclina por Sean. La escena en la que Sean da a entender que sí ha tenido algo que ver con Alice es corta, pero reveladora: da la sensación de que Mark vive en círculos sin posibilidad de salir.

La relación de Mark con Alice es también interesante. Porque vemos que, antes de la creación de Facebook, Mark lo que quiere son groupies, inclusive se lo dice a Erica en la escena del par al principio de la película: “Erica: ¿es cierto que [los clubes de Harvard] mandan un autobús para que busque a chicas que quieran ir a una fiesta con el siguiente presidente de Fed? MarK: Ya ves por qué es tan importante entrar [a alguno de los clubes]” (Hay que notar que es bastante irónico que Mark sugiera a su propia novia querer irse de fiesta con chicas desconocidas e interesadas por miembros de clubs de Harvard). Cuando Mark conoce a Alice, tienen sexo en el baño de un bar; al terminar, Eduardo y Christy, Mark y Alice van al dormitorio de Mark. Desde entonces ya no sabemos nada de Alice. Eduardo y Christy comienzan a salir; Mark y Alice no. ¿Por qué?

Una explicación– y a esto viene otra perspectiva de la importancia de Erica – es que Mark aún se encuentra afligido y atormentado por su relación con Erica. En este sentido Erica es un (detonador) muy poderoso del narcisismo de Mark: Erica es la chica que terminó tajantemente con Mark, Erica es la chica por la cual Mark quiso sobresalir con Facemash y Facebook, Erica es la chica a la que Mark casi le pide disculpas, Erica es la chica que dejó a Mark con cierta herida que bien se puede interpretar como nostalgia. Hay que tener en cuenta un par de cosas: en la primera escena de la película, hablando sobre clubes, Erica hace una pregunta que Mark interpreta de una manera muy peculiar:

Mark: Ya ves por qué es tan importante entrar [a esos clubes]You can see why it’s so important Erica: Bueno, ¿a cuál es más fácil entrar?
Mark es, evidentemente, alterado por esta pregunta
Mark: ¿por qué me preguntas eso/
Erica: Sólo pregunto
Mark: Creo que preguntaste esto porque piensas que el club al que es más fácil entrar es en el cual yo tendría mejor oportunidad de entrar
Erica: Yo pregunté – ¿qué?
Mark: Me preguntaste por el más fácil porque piensas que ése es en el cual yo tendría mejor oportunidad de entrar

Erica clarifica y dice:

Erica: El club al cual es más fácil entrar es el club en el cual todos tienen la mejor oportunidad
Mark: No me preguntaste por el mejor; me preguntaste por el más fácil
Erica: Honestamente solo pregunta. ¿De acuerdo? Preguntaba por preguntar. Mark, no quiero decir algo más

Esta conversación es reveladora porque Mark está interpretando la pregunta de Erica, “¿A cuál es más fácil entrar?”, algo así como: No tienes muchas expectativas, así que elige el menos exigente, el menos prestigioso, porque ése es el único al que tú Mark, un mediocre, tienes oportunidad de entrar. Esto desde luego es un ataque a su narcisismo, a su ego que de entrada ya está lastimado.

El deseo de Mark por obtener aún mayor grandiosidad en el Facebook es reimpulsado por Erica una vez que se encuentran en el bar, después de haber terminado: Erica se niega a hablar a solar con Mark; Mark, enojado, camina hacia la salida. “Buena suerte con tu videojuego”, dice Erica a Mark mientras éste se iba. En la película no se demuestra, pero en el guión de Sorkin dice, sobre precisamente esta línea de Erica: “Fue un error honesto de parte de Erica pero un gulpo al riñón hacia Mark”. ¿Por qué? Porque trataba de compensar, de balancear ese sentimiento de frustración y rechazo (reminiscencia seguramente de frustración y rechazo de la infancia) con la creación de Facebook. Hay que notar que es precisamente este balance emocional que Mark tiene en ese momento, debido a Facebook, es el impulso que lo lleva a buscar por iniciativa propia a Erica en el bar, plantarse frente a ella y pedirle una disculpa (en privado, desde luego). Pero habiendo sido rechazado por segunda vez consecutiva por Erica, Mark desea nuevamente recobrar este equilibrio dañado. ¿Cómo? La respuesta nos la da el diálogo siguiente, entre Mark y Eduardo, justo después que Mark se aleja de Alice:

Eduardo: Oye, eso estuvo genial. Fue lo correcto. Te disculpaste, ¿cierto?
Mark (ignorándolo): Tenemos que expandirnos [refiriéndose, desde luego, a Facebook]

De regreso en su habitación, Mark coordina la logística de Facebook con Eduardo y otros dos chicos, Chris y Dustin, que también son parte de la compañía. Una de las acciones que pide Mark a Chris hacer es encargarse de la publicidad y, de manera más específica, buscar que la historia de Facebook sea publicada en The Bridge, el periódico estudiantil de Buston University, la escuela a la que asiste Erica. “¿Por qué quieres una historia en el periódico de B.U?”, pregunta Eduardo. “Porque sí”, responde Mark, lo cual sabemos que no es del todo cierto: Mark quiere una historia publicada en The Bridge para que Erica sepa lo que Facebook es y que él lo ha creado. Dolido porque Erica ha confundido Facebook con un videojuego, Mark de nuevo quiere encontrar su balance.

Sin embargo, no todo en Erica es doloroso para Mark. Hay que tener en cuenta que él casi se disculpa ante ella y durante el resto de la película hay dos momentos en los que alcanzamos a ver que la figura de Erica, para Mark, se convierte en tibia nostalgia. El antro de San Francisco, al que lleva Sean a Mark cuando se reencuentran por accidente (cosa que, tomando en cuenta el resto de la película, nos puede hacer creer que no fue casualidad del todo), que, según el guión de Sorkin, es un antro para los “rockstars de Sillicon Valley”, Sean comenta haber leído el blog de Mark acerca de Erica. “¿Sabes por qué fundé Napster?”, pregunta Sean a Mark. “La chica de la que me enamoré en la preparatoria andaba con el co-capitán del equipo de lacross de la escuela y quería bajársela”. Esto sugiere que ambos, Sean y Park, vienen del mismo lugar. Sin embargo, entre ellos dos hay una gran diferencia: mientras Mark sigue pensando en Erica, lo cual sugiere un contacto con su pasado, Sean ya no piensa en su primer amor:

Mark [después de dejar atrás el tema de blog de Mark y Napster]: ¿Aún piensas en aquella chica?
Sean: ¿Cuál chica?
Mark: La chica de la preparatoria, la que andaba con el tipo de lacross
Sean (con cara de “¿estás bromeando?”): No.

Al final de la película, Mark busca a Erica en el Facebook y, para su sorpresa, la encuentra, lo cual sugiera que Facebook ha tenido tan amplia presencia dentro del universo ficticio de la película y que Erica seguramente sabe quién es el creador de la red social que ahora ella utiliza. Mark, en un acto que simboliza redención, le manda su solicitud de amistad: el presidente y co-fundador de MySpace, el creador de la red social con presencia inclusive en Bosnia (según palabras de Marilyn), como Odiseo añorando Itaca, regresa de cierta manera al territorio que siempre extrañó.

La relación con Marilyn es sutil pero, al igual que las audiencias, sirve como marco de la historia de Mark con las mujeres. En la primera sesión con Eduardo, el guión y la película presentan a los presentes, entre los cuales está Marylin, que bien puede representar a las mujeres que no conocen el pasado de Mark (sus traiciones, el blog sobre Erica). Por ende, cuando escucha sobre el éxito que tuvo Facemash en Harvard, se sorprende:

Marylin: ¿O sea que la página tuvo 2,200 visitas en dos horas?
Mark: 22,000
Marylin: ¿Qué?
Mark: [fueron] 22,000
Marylin [realmente sorprendidas]: Wow

Marylin inclusive invita a Mark a comer una ensalada, lo cual podemos interpreter como un acercamiento amistoso. Sin embargo, a juzgar por los gestos, expresiones y su intento por conversar con Mark en esta escena, no es muy descabellado sugerir que Marylin se siente un tanto intrigada por el co-fundador de Facebook. Marylin pregunta a Mark si gusta almorzar, inclusive tiene una actitud de simpatía al decirle “Esto debe ser difícil”, refiriéndose al proceso de audiencias con Eduardo y los hermanos Winklevoss. Sin embargo, Mark, trabajando en su computadora, con actitud displicente, corta la conversación, mientras que Marylin intenta sacarle plática, lo cual falla. Pero a medida que la película avanza Marylin conoce el pasado de Mark. Hay que recordar la escena en la que Eduardo explica larga y lentamente cómo fue expulsado de la compañía por su mejor amigo:

Gretchen: ¿A cuánto se redujeron las acciones de Zuckerberg?
Eduardo: No se redujeron
Gretchen: ¿A cuánto se redujeron las acciones de Mozkovitz?
Eduardo: No se redujeron
Gretchen: ¿A cuánto se redujeron las acciones de Sean Paker?
Eduardo: No se redujeron
Gretchen: ¿A cuánto se redujeron las acciones de Peter Thiel?
Eduardo: No se redujeron
Gretchen: ¿A cuánto se redujeron las acciones de Zuckerberg?
Eduardo: No redujeron
Gretchen: ¿A cuánto se redujeron tus acciones?
Eduardo: A .03 porciento

Durante esta larga y lenta enumeración, todos en la habitación presencian la aflicción de Eduardo – inclusive la taquígrafa, mientras escribe, le dirige una mirada a Eduardo que se puede interpretar como “vaya, pobre chico”: inclusive ella no puede evitar ver la aflicción de Eduardo. Terminado su testimonio, Marylin no puede sino mirar a Eduardo con empatía. En la última escena de la película, terminada la audiencia, Mark invita a Marylin a cenar (recordemos que en una escena anterior fue Marylin quien lo invitó a comer a él):

Mark: todo lo que comiste en el día fue esa enlasada: ¿gustas ir por algo de cenar?

A esto Marylin, sin mayor explicación o justificación, simplemente responde: “No puedo”.

Después de escuchar el testimonio de Eduardo, de enterarse de cómo su mejor amigo se deshizo de él, es comprensible que no quiera conocer más cercanamente a Mark.

The Social Network es logra su cometido: contar una buena historia, pero más que esto The Social Network arroja luz sobre fenómenos que incumben a esta generación: la obsesión por la fama y el éxito, la inseguridad por saberse desconocido. No está de más decir que Facebook, con su capacidad de ofrecer a la gente una fachada de cómo quieren ser ver en el mundo y darles la oportunidad de escribir e inclusive editar lo que digan, es muy parecida a la imagen que un narcisista crea para ocultarse a sí mismo. Facebook, a mi parecer, como compañía, en algún momento será superada por otra cosa, pero esta película, debido a su alto contenido psicológico, ingeniosos diálogos y escenas cautivadoras, perdurará por mucho tiempo.