Ya pronto
serán tres años desde la fecha en que se estrenó The Social Network: Uno diría que el momento para escribir sobre
esta película ya pasó. Pero, hasta hace poco, cada vez que veía esta película
le encontraba algo nuevo – una línea, una toma, que la conectaba con otras
líneas y tomas en la película, tejiendo en el aire una figura que cada vez que
la veía tomaba más y mejor forma. ¿Cuál es esta figura? En apariencia, The Social Netwrork es una película que
cuenta la historia de Facebook – la historia de cómo Mark Zuckerberg, estudiante
de 19 años de Harvard, crea una nueva red social, para después ser demandado
por los gemelos Winklevoss, un par de gemelos que argumentan robo intelectual,
y Eduardo Saverin, ex mejor amigo de Mark y cofundador de la compañía, que
argumenta perjurio.
Desde luego
The Social Network no es la historia
‘verdadera’ de Facebok. Hasta la fecha se han hecho varias entrevistas en las
cuales el ‘verdadero’ Mark Zuckerberg ha ‘desmentido’ varios hechos y
perspectivas que muestra le película pero que no fueron ‘reales’. Sin embargo, hay
que recalcar que una película nunca tiene la obligación de ser fiel a la
realidad – una obra de ficción, tanto literaria como fílmica, tiene la opción de
explorar otros temas si así cree conveniente. E inclusive si es ‘fiel’ y
muestra los hechos tal como ocurrieron, la ficción nunca será como la vida precisamente
porque la ficción es, básicamente, mentira y la vida es la realidad cotidiana
no inventada. El mismo guionista de la película, Aaron Sorkin, ha declarado que
la historia ‘verdadera’ de Facebook no le interesó en absoluto a la hora de
escribir el guión; lo que sí le interesó fue la historia que toca temas tan
viejos como el arte de contar historias: amistad, poder, envidia, clase y
lealtad. Sin embargo, para mí The Social
Network va más allá que eso. Vibrante y oscura, me parece que The Social Network explora un tema que han
explorado otras películas de soslayo pero que en este caso es más tangible: El
Trastorno Narcisista de la personalidad que proyecta su protagonista, Mark
Zuckerberg a través de sus acciones y diálogos. Para tratar este tema, no
obstante, hay que separar el Mark Zuckerberg ficticio del real, y tomar en
cuenta el guión tanto como la película.
Empezaremos
este análisis hablando un poco sobre el Trastorno narcisista de la
personalidad. Todos los seres humanos nacen con el deseo natural de ser amados
y aceptados, lo que en términos freudianos se conoce como el narcisismo
primario. Sin embargo, cuando este narcisismo no es propiamente manejado se
puede desviar hacia otros rumbos. Algunas manera de contaminar este narcisismo
primario son, según Groopman et al, descuido o esporádico cuidado de los padres
hacia los niños, abuso emocional en la infancia, excesiva admiración sin
retroalimentación realista, elogios por parte de adultos hacia talentos y
apariencia extraordinarios. Muchas personas con este trastorno vivieron
sometidas en la infancia a fuerte crítica o, para obtener el amor
(condicionado) de sus padres, necesitaban ser de cierta manera o no. En este
escenario donde los niños aprenden que para obtener la aprobación o amor de sus
padres estos deben percibirlos de cierta manera. En este escenario donde
también los niños aprenden a manipular esta percepción de sus padres: a ocultar
lo negativo en ellos (o distraerlos apuntando lo negativo de los demás) y
solamente mostrando la parte aceptada.
Aunque la
etiología de este trastorno no se conoce a ciencia cierta, estos factores
contribuyen hacia el desarrollo de aquel. Ahora, no podemos saber cómo fue la
infancia de Mark Zuckerberg ni su relación con sus padres o hermanos – la
película no los muestra ni los menciona más que sólo una vez –, pero podemos
inducir que Mark ha vivido alguna de estas situaciones ya que despliega algunos
síntomas del trastorno narcisista. ¿Cuáles son estos síntomas? Arrogancia y
desprecio por los demás, necesidad de admiración y falta de empatía,
agresividad y vergüenza, disimulo e inseguridad: todos al mismo tiempo y con
particularidades. ¿Cómo demuestra Mark Zuckerberg estos síntomas?
En primer
lugar, la necesidad de admiración y ser el centro de atención es algo que es
característico de Mark desde el principio de la película. De hecho, una de las
primeras líneas de la película es una pregunta que le hace Mark a su novia
Erica en el bar: “¿Cómo te distingues entre una población en la que todos sacan
1600 puntos en sus SAT [exámenes de admisión para la universidad en Estados Unidos]?”
De entrada con esta línea sabemos que una preocupación de Mark es atraer
atención en un lugar en el que ser extremadamente inteligente, como él, no es
suficiente para resaltar entre los demás. Dice además algunas maneras para
sobresalir y menciona remar, cantar en un grupo a capela o entrar a un club en
la universidad, lo que se conoce como “Final Club” en inglés. Sin embargo, sin
talento social o artístico, Mark tiene que recurrir a otra cosa para resaltar:
su talento con computadoras. A propósito de esta característica, el guión de Sorkin
dice que, después de la pelea en el bar con Erica, Mark regresa a su habitación
y se sienta frente a su computadora, lo cual es “el único lugar en el que [Mark]
se siente cómodo”. Y es gracias a este talento que Mark crea Facemash.com, una
página en la cual compara fotos de otras estudiantes para que usuarios la
califiquen. A pesar ser repudiada por las mujeres, Facemash.com obtiene bastante
notoriedad: 22 mil visitas en dos horas, que, dentro del contexto de la
película, parece ser algo trascendente.
Algunos
momentos en los que podemos rastrear esta inseguridad es, por ejemplo, la
discusión que tiene con Eduardo, después de que éste congeló la cuenta bancaria
de Facebook. Reclamándole esto último, Mark dice a Eduardo “sin dinero, el
sitio no puede funcionar… No regresaré a la noche caribeña en A-E-Pi”. Esta
fiesta, que dicho sea de paso es la fiesta cuando Mark propone a Eduardo la
idea de Facebook:
Mark:
Vayamos afuera
Eduardo:
Está a 20 grados afuera
Mark: No
puedo ver esa imagen de las Cataratas del Niagara que no tienen nada que ver
con el Caribe
El guión de
Sorkin describe esta fiesta de la siguiente manera: “el pasillo ha sido convertido
en la noche caribeña de Alpha Epsilon Pi” y la fiesta es tan mala como su
música…Lo importante es que [esta fiesta] está muy lejos de parecerse a la
fiesta del club que vimos al principio…[hay] una mesa con ponche y galletas
surtidas...”. Esta descripción, junto con la opinión de Mark, nos hace
comprender que Mark ve esta fiesta es patética. Sin embargo, sin otras fiestas
más divertidas, como la fiesta del club del principio, Mark se tiene que
conformar y, por ende, formar parte de ella.
Refiriéndose
a esto último, Mark, enojado, cuestiona a Eduardo en el teléfono: “¿Te gustaba
ser un donnadie, te gustaba ser un chiste? ¿Quieres regresar a eso? Este
diálogo demuestra que Mark se sentía como un donnadie y un chiste al asistir a
la fiesta de AEPi, mucho antes de tener Facebook y poder.
La
inseguridad, el dolor de sentirse débil o inferior o abusado, lleva a los
narcisistas a crear una máscara – una imagen de grandiosidad o invulnerabilidad
en esencia falsa pero que a ellos les parece muy real. Desde luego, la creación
de esta máscara no es consciente sino inconsciente. A diferencia del doctor
Jekyll y Mr. Hyde, los narcisistas no van de una personalidad a otra cuando
ellos decidan: para los narcisistas la fachada que ellos han creado para
venderla al mundo es su verdadera personalidad. La fachada, al ser muchas veces
atractiva (los narcisistas son, por lo general, personas de éxito, ricas, bien
parecidos y talentosas), recibe elogios y aceptación – lo que los narcisistas
consideran amor. Mark, al convertirse en presidente de Facebook, crea
inconscientemente esta imagen pública que trataba de crear cuando buscaba
entrar a un club de Harvard. Desde la creación de Facebook, Mark escondió
dentro de sí aquel chico inseguro que se sentía ignorado para convertirse en el
poderoso creador de Facebook, quien proyecta una imagen de éxito, poder e
inteligencia notable. Es esta máscara tras de la cual se protege cuando, en la
audiencia con Eduardo, Mark dice, súbitamente enojado: “Usted sabe que el
dinero no es muy importante para mí pero hoy en día puedo comprar la calle
Mount Auburn, tomar el Club Phoenix [el club de cual Eduardo es miembro] y
convertirlo en mi mesa de ping pong”. Este arranque de arrogancia, una manera
de reafirmar su máscara de indolencia, es una barrera que Mark utiliza para
escudarse del dolor que le produce precisamente lo que le dice la abogada de
Eduardo justo antes del arranque de arrogancia: Envidiar a Eduardo por haber
sido contactado por el club Phoenix, cuando lo que Mark más deseaba esa
precisamente esto. Esta máscara Mark la lleva puesta en casi la mayor parte de
la película
Sin
embargo, esta máscara, al proteger al narcisista de la agresión externa,
también lo torna indolente hacia su propio dolor y al de los demás – es por
esta razón que a los narcisistas se les considera faltos de empatía. Según
Randi Kreger, el problema del narcisista es carecer de contacto con su
verdadero yo. Una personalidad sin máscara ni escudos está consciente del
impacto de sus consecuencias hacia los demás, ya que entiende que al lastimar a
los demás se lastima a sí misma. Esto es evidente en Mark, quien, aunque en
teoría comprende el daño causado, por ejemplo, a Erica al escribir pestes sobre
ella en su blog. Tampoco siente lo que las estudiantes sienten al verse
comparadas en internet. Tampoco toma responsabilidad por el daño y la
impotencia de los gemelos Winklevoss y Dyvia al robarles su idea. Tampoco
quiere aceptar lo que Eduardo, su mejor amigo, siente cuando Mark lo traiciona
y lo saca de la compañía. Muy al contrario: Mark inclusive en claro sadismo
continúa atacando a los demás inclusive cuando estos tienen razones para
demandarlo. Por ejemplo, a Eduardo lo ataca durante las audiencias cuando
Gretchen, la abogada de Saverin, menciona el total de dinero que Eduardo aportó
a la compañía: 19 mil dólares. Acto seguido, Mark detiene la audiencia para
hacer una nota en su cuaderno y decir: “sí, tengo la misma cuenta” y mira
retadoramente a Eduardo, diciéndole algo así como “Sí, pusiste 19 mil dólares:
me importa un comino”.
Según
Kernberg, el narcisista categoriza a la gente en dos grupos que a la vez tienen
subgrupos: aquellas a las que admira (y envidia) y aquellas a las que desprecia
(por ser mediocres), y aquellas de las cuales puede sacar un provecho y
aquellas de las que no. La relación de Mark con los otros personajes de la
película es parecida a la descripción de Kernberg, en el sentido de que es parasítica. Vemos
esto, por ejemplo, cuando da a entender que ve a Erica, su novia, como
mediocre. En la conversación en el bar, al principio de la película, Mark le
dice a Erica “tú no tienes que estudiar... porque asistes a B.U [Boston
University]”, a lo cual Erica responde: “Lamento que no estés lo suficientemente
impresionado con mi educación”. Mark desde luego dice esto ya que él asiste a
una escuela con más prestigio – y aparentemente, para él, con más desafío – que
Boston University: Harvard. La condescendencia de Mark también es evidente
cuando en la escena más viciosa de la película hace de menos a todos en la
habitación, inclusive a sus propios abogados, cuando le dice al abogado de los
Winklevoss lo siguiente: ‘Usted tiene parte de mi atención – lo mínimo. El
resto de mi atención se encuentra en las oficinas de Facebook donde mis colegas
y yo nos encontramos haciendo cosas que nadie en esta habitación, incluyendo
especialmente a sus clientes, son intelectual o creativamente capaces de hacer.
¿He contestado adecuadamente su condescendiente pregunta?”
Sin embargo,
a pesar del choque entre Mark y los gemelos Winklevoss, su relación no es tan
unilateral. Mark, al principio de la película, los admira aunque esta
admiración no se asevere. Aun así los gemelos tienen características que los
hacen figuras que Mark podría admirar: son altos, bien parecidos, ricos y
miembros del club Porcellian. Podemos deducir esta admiración teniendo en
cuenta que Mark sabe que para entrar a un club podría, por ejemplo, remar (dice
esto en la conversación con Erica).
Las otras
dos categorías en las que un narcisista categoriza a la gente también las vemos
en Mark. Cuando los Winklevoss se le acercan para pedirle trabajar con ellos,
Mark, al enterarse que reman en la escuela, acepta ir con ellos porque sabe que
puede sacar algún beneficio, como entrar a un club: los chicos que reman son
generalmente chicos miembros de clubes. Lo que obtiene es algo muchísimo mejor:
la idea para crear Facebook. Haciéndolos a un lado, Mark va hacia otra persona
que considera su amigo pero también de la cual puede obtener algún beneficio:
Eduardo, quien acepta poner mil dólares – y dieciocho mil más adelante en la
película para la compañía. Desafortunadamente para Eduardo, él no puede dar lo
que Mark exige; aparentemente, solamente Sean puede llevarlo hacia donde Mark
quiere. Lo cual es cierto: Sean no solamente le consigue una esfera social
muchísimo más alta que la de Harvard, puesto que le consigue una cita con la
amiga de una modelo de Victoria Secret, sino también inversionistas y presencia
virtual en Europa (en la competencia de remo en Inglaterra, los Winklevoss y
Dyvia se enteran, a través de un comentario de un aparente amigo de la familia,
que Facebook se encuentra presente en varias escuelas). En la discusión que
sucede noche antes de que Eduardo congele la cuenta de Facebook, él y Mark
discuten. Eduardo se queja de Sean, Mark defiende a éste último; Eduardo dice
que ha pasado todo el tiempo en Nueva York, buscando publicistas; Mark,
resentido, lo encara y pregunta: “¿y cómo te ha ido hasta ahorita?”. Esta frase
y la expresión de Mark son importantes, porque comunican lo inaccesible y
testarudo que es Mark: resiente a su amigo por no aportar tanto a Facebook como
Sean.
Aun así, según
Kernberg, los narcisistas temen a quienes también envidian, ya que los
narcisistas proyectan en aquéllos sus propios deseos de explotación en busca de
beneficio y los perciben como posibles agresores y coercitivos (Kergner), por
lo cual los narcisistas con incapaces de confiar en nadie. Es técnicamente
imposible argumentar que los gemelos Winklevoss representan una amenaza para
Mark, ya que desconocemos si lo ven como ayuda o provecho: inclusive la
película los muestra como pacientes, modestos y nobles. El guión los describe
como chicos con apariencia de modelos Abercrombie, que, aunque son atletas muy
competitivos, no gustan de presumir, mucho menos con sus compañeros (Sorkin). Sin
embargo, según Andrea Hurst, el narcisista, al demandar ser el centro del
universo, guarda su lugar con celosía de intrusos. Con sus talentos deportivos,
apariencia física, riqueza y popularidad, los hermanos Winklevoss son una gran amenaza para Mark; por ende, ésta bien puede
ser otra razón por la cual Mark los aplastó al robarles su idea: preservarse a
sí mismo. Esto, desde luego, apunta a su inseguridad. A quien sí podemos ver
como una gran amenaza es a Sean Parker. Justo después de la confrontación con
Eduardo, Sean comenta a Mark sobre la fiesta que organizará en KES, la
hermandad a la que pertenece Ashleigh, una interna a quien, en apariencia, le
gusta Mark. Sorprendido por el comentario, Mark pregunta a Sean si ellos han
tenido que ver, a lo que Sean responde “¿Yo y Ashleigh? No. Bueno, un poco”.
Pronunciadas estas palabras, la cámara se enfoca en el rostro de Mark, quien,
decepcionado, asiente como pensando con envidia: “Era de esperarse”. Ashleigh
llega en ese momento para darle un paquete a Mark: sus tarjetas de presentación
que mandó a hacerse y entregar cuando llegaran al millón de usuarios. Todos
gritan y Sean felicita a Mark y lo abraza. Lo que dice el guión sobre esta
escena es importante: “Festejos hacen erupción… Sean abraza a Mark pero Mark no
parece responder el abrazo…” Estos puntos suspensivos sugieren un descontento
de Mark hacia Sean por involucrarse con Ashleigh, lo cual a su vez es
importante porque, al final de la película, Marilyn, la asociada de la firma de
abogados que presenta al presidente de Facebook, sugiera que probablemente fue
el mismo Mark quien llamó a la policía para que ésta fuera a la fiesta en la
cual estaba Sean y lo arrestaran. ¿Por qué esta fiesta es importante? Éste es
el único agujero en la trama, para el cual es necesario acudir a la vida
‘real’. En la película, habiendo conseguido inversionistas para Facebook, Sean
Parker pasó a ser uno de los presidentes de la compañía. En la vida ‘real’ una
fiesta con drogas sí ocurrió y Sean terminó en la cárcel. Debido a este
incidente, según Kit Eaton, los inversionistas de Facebook creyeron que Parker
ya no podía fungir como presidente de aquélla y lo obligaron a renunciar, a
pesar de aún ser dueño del 7 % de la compañía. La situación en la que se
encontró Sean es, en apariencia, parecida a la situación en la que se
encontraron Eduardo, los gemelos Winklevoss y Dyvia: los cuatro fueron
desplazados por Mark, cada uno por razones precisas. La de Sean: haberse
involucrado con Ashleigh. Todo esto desde luego no se puede asegurar; es una
mera especulación – pero me da la impresión de que esta especulación era
precisamente lo que quizá buscaba Aaron Sorkin en primer lugar: plantar la duda
sobre Mark – hacernos (sospechar que el presidente de Facebook es quizá peor de
lo que ya es.
Volviendo
al tema del provecho del narcisista, me gustaría detenerme un poco para
explorar no lo que Mark busca a través de Facebook sino lo que no busca:
dinero. Desde luego Mark obtiene muchísimo dinero una vez que la compañía
obtiene inversionistas y se expande; sin embargo, la creación de Facebook me
recuerda la perspectiva que tiene Mark Greif sobre ciertos hipsters. En su
ensayo, The Hipster in the Mirror, Greif dice que “La estrategia de un subgrupo
hipster es menosprecian a otros [grupos] como licenciados en humanidades con
mucho tiempo libre”; este ataque va dirigido hacia chicos de clase media alta
que se mudan a ciudades al terminar la universidad con esperanza de trabajar en
las ‘profesiones creativas’. Estos hipsters son ultimadamente desprovistos de
clase, presa de internados abyectos e ignorados en la jerarquía urbana, pero
capaces de usar habilidades aprendidas en la universidad como clasificación,
categorización y apreciación para generar un cuerpo cultural cool. Ellos, en cambio, corrompen el
fondo hipster, [lo cual] reta al rico inculto, quienes, provistos de dinero
pero no de cultura, quienes convierten capital real en ‘capital cultural’”. En
este sentido Mark demuestra una actitud parecida a la descrita por Greif
respecto al dinero: a él no le interesa el dinero per se; lo que le interesa es
crear un capital que la gente a su alrededor pueda reconocer como moneda de
cambio. En un tiempo fue el dinero, en un tiempo fue la cultura, en el tiempo
de Mark es la tecnología. Con MySpace y Friendester circulando por la red, popular
entre la juventud, era de esperarse que el dueño de una red social tan cool como Facebook se convirtiera en una
celebridad, lo cual así sucedió. En la audiencia con los hermanos Winklevoss y
Dyvia, este último dice que, al lanzarse Facebook a Harvard, “explotó. Todos mundo
en el campus lo usaba. ‘Facebookeame’ era la expresión común al cabo de dos
semanas… y Mark era el héroe del campus que incluía 19 laureados con el premio
Nobel, 15 ganadores del premio Pulitzer, dos futuros atletas olímpicos
[refiriéndose a los hermanos Winklevoss] y una estrella de cine [refiriéndose a
Natalie Portman]”. Hay que recordar que cuando Eduardo le propuso meter
publicidad al Facebook para generar ganancias, Mark dice que lo único que saben
sobre el Facebook es que es cool, lo
cual es un ‘bien’ que no piensa dejar ir. Sean Parker está de acuerdo con eso,
diciendo casi lo mismo que Mark en la cena en Nueva York. Hay que recordar que,
hasta entonces, Mark ya ha hecho algunos intentos por crear algo cool que guste a la gente: Facemash.com,
que desde luego obtuvo notoriedad pero no fue su mejor idea, pero también
CourseMatch, un programa para ver las clases que amigos toman en la escuela y
una aplicación para un reproductor Mp3 que reconoce el gusto musical del
usuario (todo esto lo sabemos cuando los Winklevoss invitan a Mark al club
Porcelain). Cuando Dyvya pregunta por cuánto dinero lo vendió, Mark dice que no
vendió su aplicación – la subió gratis. “¿Por qué?”, pregunta Dyvia. En la
película Mark contesta solamente alzándose de hombros. El guión describe esta
respuesta de la siguiente manera: Mark se alza de hombros que dice ‘no sé’ y
‘jódete’ al mismo tiempo”. Porque es precisamente el deseo de popularidad entre
sus iguales, gente joven, la razón por la cual Mark subió aquella aplicación
gratis: en el intento de convertirla en capital, fracasó.
Hay otro
aspecto de The Social Network que me
gustaría analizar: las audiencias. A pesar de que las audiencias son de
carácter legal, también tienen cierto carácter terapéutico, en el sentido de
que manejan resentimientos y frustraciones, las opiniones de los afectados por
Mark y la manera de responsabilizar a este último de sus acciones. No obstante,
como mencionamos anteriormente, Mark es sordo a las emociones ajenas y por ende
no comprende el daño infligido hacia la gente a su alrededor. Las audiencias,
en este sentido, le sirven a Mark como espejos en el cual puede ver reflejados sus
propios errores. Sin embargo, Mark nunca acepta voluntariamente sus fallas. Enojado
y torturado, el presidente de Facebook siempre trata de superar los argumentos
de sus contrincantes acudiendo a la lógica y argumentos calculados y fríos: “si
fuera los creadores de Facebook, hubieran inventado a Facebook [esto lo dice a
los Winklevoss y Dyvia]”. ¿Por qué Mark no reconoce sus errores? Por dos
razones. La primera, porque el narcisista no puede equivocarse, no puede
mostrarse vulnerable ante los demás y ante sí mismo: al adoptar la imagen de
infalible e invulnerable, Mark siempre se resiste, como es de esperarse, a
estar en contacto con los sentimientos ajenos: la culpa es mucha, la vergüenza
es grande. Y es aquí donde entra la segunda razón. Como dijo Andrea Hurst, el
miedo del narcisista a los intrusos le precipita un deseo de domesticar al “otro”
(es decir, ante quien debe disculparse), y al hacerlo se pone a salvo de lo que
“el otro posee”: crítica, enojo, reproche. En este sentido, el “otro” es Erica
y la “domesticación” es la invitación de Mark a aquélla de hablar a solas en el
bar, mucho después de los comentarios en el blog y de haber terminado. Erica se
niega y le reclama los comentarios publicados en internet. Mark trata de
‘domesticarla’, insistiéndole que hablen a solas, ya que no quiere disculparse
en público: los amigos de Erica, con su sola presencia, son intrusos en el
universo de Mark. Los abogados, que nunca logran que Mark por cuenta propia
reconozca sus errores, también son intrusos de los cuales Mark se tiende que
defender. En ambos casos, el de Erika y las audiencias, disculparse equivaldría
en este caso a quitarse la máscara que ha cargado y velado durante tanto
tiempo, a tomar su dolor, el de Erica y los demás y hacerlos propios, equivale
a humillarse e invitar a todos a ser testigos de su humillación. Sin embargo,
más allá de la humillación, psicoanalíticamente la aceptación de sus errores es
también una liberación de la culpa y la vergüenza, una catarsis. Cosa que nunca
acaece en la película. Podemos interpretar esta situación en la que Mark,
orgulloso, desprecia a los abogados como el resentimiento y agresión que el
narcisista tiene y siente hacia el terapeuta por éste ofrecerle ayuda (Hurst). Como
dijo Lacan: “lo que en apariencia es el orgullo vengativo del sufrimiento
mostrará su verdadera cara… en la resistencia al amor propio”. De este modo, Mark
no pide disculpas, no acepta sus errores y sigue agrediendo a los demás y por
ende agrediéndose a sí mismo, lo cual se traduce en una resistencia por
quitarse su máscara de superioridad para entrar en contacto con sus
sentimientos y por ende su amor y dolor propios. En ese sentido Mark se embarca
en una “pelea hasta la muerte” (Hust) debido a la suposición de que, al
rendirse ante el otro (es decir, pedirle disculpas), pierde algo. Desde luego
que, al pedir disculpas, perdería algo: su dolor o, por lo menos, parte de él. Al
no hacerlo, Mark es rico en sufrimiento.
Por último,
me gustaría tocar someramente el tema de Mark y su relación con las mujeres. En
la película las mujeres cercanas a Mark son: Erica, Alice – amiga de Christy,
novia de Eduardo –, Ashely y Marilyn, la asociada de la firma que lo representa.
Con todas tiene una relación particular: Erica, su ex novia enojada; Alice, la
groupie con la que se acuesta sólo una vez para no volver a verla (por lo que
podemos inducir); Ashleigh, la inter; Marilyn, miembro de su equipo.
Ashleigh,
como hemos visto, es posiblemente el detonante de la ruptura entre Sean y Mark
al final de la película. Lo único que podemos deducir de Mark analizando a Ashleigh
es que esta última representaba un territorio – el territorio de Mark deseaba
conquistar para sí mismo, y, al verse invadido, Mark toma, posiblemente, una
postura de venganza. Ashleigh representa el deseo inicial de Mark por tener
acceso a chicas hermosas una vez logrado su cometido de trascender; sin
embargo, vemos que Mark se encuentra aún en la misma situación del principio de
la película: en la que, a pesar de ser presidente de Facebook, famoso y millonario,
su relación con las mujeres es aún precaria, y ellas terminan eligiendo a otros
hombres, como en este caso, Ashleigh se inclina por Sean. La escena en la que
Sean da a entender que sí ha tenido algo que ver con Alice es corta, pero
reveladora: da la sensación de que Mark vive en círculos sin posibilidad de
salir.
La relación
de Mark con Alice es también interesante. Porque vemos que, antes de la
creación de Facebook, Mark lo que quiere son groupies, inclusive se lo dice a
Erica en la escena del par al principio de la película: “Erica: ¿es cierto que
[los clubes de Harvard] mandan un autobús para que busque a chicas que quieran
ir a una fiesta con el siguiente presidente de Fed? MarK: Ya ves por qué es tan
importante entrar [a alguno de los clubes]” (Hay que notar que es bastante
irónico que Mark sugiera a su propia novia querer irse de fiesta con chicas
desconocidas e interesadas por miembros de clubs de Harvard). Cuando Mark
conoce a Alice, tienen sexo en el baño de un bar; al terminar, Eduardo y
Christy, Mark y Alice van al dormitorio de Mark. Desde entonces ya no sabemos
nada de Alice. Eduardo y Christy comienzan a salir; Mark y Alice no. ¿Por qué?
Una
explicación– y a esto viene otra perspectiva de la importancia de Erica – es
que Mark aún se encuentra afligido y atormentado por su relación con Erica. En
este sentido Erica es un (detonador) muy poderoso del narcisismo de Mark: Erica
es la chica que terminó tajantemente con Mark, Erica es la chica por la cual
Mark quiso sobresalir con Facemash y Facebook, Erica es la chica a la que Mark
casi le pide disculpas, Erica es la chica que dejó a Mark con cierta herida que
bien se puede interpretar como nostalgia. Hay que tener en cuenta un par de
cosas: en la primera escena de la película, hablando sobre clubes, Erica hace
una pregunta que Mark interpreta de una manera muy peculiar:
Mark: Ya ves
por qué es tan importante entrar [a esos clubes]You can see why it’s so
important Erica: Bueno, ¿a cuál es más fácil entrar?
Mark es,
evidentemente, alterado por esta pregunta
Mark: ¿por
qué me preguntas eso/
Erica: Sólo
pregunto
…
Mark: Creo
que preguntaste esto porque piensas que el club al que es más fácil entrar es
en el cual yo tendría mejor
oportunidad de entrar
Erica: Yo
pregunté – ¿qué?
Mark: Me
preguntaste por el más fácil porque piensas que ése es en el cual yo tendría mejor oportunidad de entrar
Erica
clarifica y dice:
Erica: El
club al cual es más fácil entrar es el club en el cual todos tienen la mejor oportunidad
Mark: No me
preguntaste por el mejor; me preguntaste por el más fácil
Erica: Honestamente solo pregunta. ¿De acuerdo? Preguntaba por preguntar. Mark, no
quiero decir algo más
Esta
conversación es reveladora porque Mark está interpretando la pregunta de Erica,
“¿A cuál es más fácil entrar?”, algo así como: No tienes muchas expectativas,
así que elige el menos exigente, el menos prestigioso, porque ése es el único
al que tú Mark, un mediocre, tienes oportunidad de entrar. Esto desde luego es
un ataque a su narcisismo, a su ego que de entrada ya está lastimado.
El deseo de
Mark por obtener aún mayor grandiosidad en el Facebook es reimpulsado por Erica
una vez que se encuentran en el bar, después de haber terminado: Erica se niega
a hablar a solar con Mark; Mark, enojado, camina hacia la salida. “Buena suerte
con tu videojuego”, dice Erica a Mark mientras éste se iba. En la película no
se demuestra, pero en el guión de Sorkin dice, sobre precisamente esta línea de
Erica: “Fue un error honesto de parte de Erica pero un gulpo al riñón hacia
Mark”. ¿Por qué? Porque trataba de compensar, de balancear ese sentimiento de
frustración y rechazo (reminiscencia seguramente de frustración y rechazo de la
infancia) con la creación de Facebook. Hay que notar que es precisamente este
balance emocional que Mark tiene en ese momento, debido a Facebook, es el
impulso que lo lleva a buscar por iniciativa propia a Erica en el bar,
plantarse frente a ella y pedirle una disculpa (en privado, desde luego). Pero
habiendo sido rechazado por segunda vez consecutiva por Erica, Mark desea
nuevamente recobrar este equilibrio dañado. ¿Cómo? La respuesta nos la da el
diálogo siguiente, entre Mark y Eduardo, justo después que Mark se aleja de
Alice:
Eduardo:
Oye, eso estuvo genial. Fue lo correcto. Te disculpaste, ¿cierto?
Mark
(ignorándolo): Tenemos que expandirnos [refiriéndose, desde luego, a Facebook]
De regreso en
su habitación, Mark coordina la logística de Facebook con Eduardo y otros dos
chicos, Chris y Dustin, que también son parte de la compañía. Una de las
acciones que pide Mark a Chris hacer es encargarse de la publicidad y, de
manera más específica, buscar que la historia de Facebook sea publicada en The Bridge, el periódico estudiantil de
Buston University, la escuela a la que asiste Erica. “¿Por qué quieres una
historia en el periódico de B.U?”, pregunta Eduardo. “Porque sí”, responde
Mark, lo cual sabemos que no es del todo cierto: Mark quiere una historia
publicada en The Bridge para que
Erica sepa lo que Facebook es y que él lo ha creado. Dolido porque Erica ha
confundido Facebook con un videojuego, Mark de nuevo quiere encontrar su
balance.
Sin embargo,
no todo en Erica es doloroso para Mark. Hay que tener en cuenta que él casi se
disculpa ante ella y durante el resto de la película hay dos momentos en los
que alcanzamos a ver que la figura de Erica, para Mark, se convierte en tibia
nostalgia. El antro de San Francisco, al que lleva Sean a Mark cuando se
reencuentran por accidente (cosa que, tomando en cuenta el resto de la
película, nos puede hacer creer que no fue casualidad del todo), que, según el
guión de Sorkin, es un antro para los “rockstars de Sillicon Valley”, Sean
comenta haber leído el blog de Mark acerca de Erica. “¿Sabes por qué fundé
Napster?”, pregunta Sean a Mark. “La chica de la que me enamoré en la
preparatoria andaba con el co-capitán del equipo de lacross de la escuela y
quería bajársela”. Esto sugiere que ambos, Sean y Park, vienen del mismo lugar.
Sin embargo, entre ellos dos hay una gran diferencia: mientras Mark sigue
pensando en Erica, lo cual sugiere un contacto con su pasado, Sean ya no piensa
en su primer amor:
Mark [después
de dejar atrás el tema de blog de Mark y Napster]: ¿Aún piensas en aquella
chica?
Sean: ¿Cuál
chica?
Mark: La
chica de la preparatoria, la que andaba con el tipo de lacross
Sean (con
cara de “¿estás bromeando?”): No.
Al final de
la película, Mark busca a Erica en el Facebook y, para su sorpresa, la encuentra,
lo cual sugiera que Facebook ha tenido tan amplia presencia dentro del universo
ficticio de la película y que Erica seguramente sabe quién es el creador de la
red social que ahora ella utiliza. Mark, en un acto que simboliza redención, le
manda su solicitud de amistad: el presidente y co-fundador de MySpace, el
creador de la red social con presencia inclusive en Bosnia (según palabras de Marilyn),
como Odiseo añorando Itaca, regresa de cierta manera al territorio que siempre
extrañó.
La relación
con Marilyn es sutil pero, al igual que las audiencias, sirve como marco de la
historia de Mark con las mujeres. En la primera sesión con Eduardo, el guión y
la película presentan a los presentes, entre los cuales está Marylin, que bien
puede representar a las mujeres que no conocen el pasado de Mark (sus
traiciones, el blog sobre Erica). Por ende, cuando escucha sobre el éxito que
tuvo Facemash en Harvard, se sorprende:
Marylin: ¿O
sea que la página tuvo 2,200 visitas en dos horas?
Mark: 22,000
Marylin: ¿Qué?
Mark:
[fueron] 22,000
Marylin
[realmente sorprendidas]: Wow
Marylin
inclusive invita a Mark a comer una ensalada, lo cual podemos interpreter como
un acercamiento amistoso. Sin embargo, a juzgar por los gestos, expresiones y
su intento por conversar con Mark en esta escena, no es muy descabellado
sugerir que Marylin se siente un tanto intrigada por el co-fundador de
Facebook. Marylin pregunta a Mark si gusta almorzar, inclusive tiene una
actitud de simpatía al decirle “Esto debe ser difícil”, refiriéndose al proceso
de audiencias con Eduardo y los hermanos Winklevoss. Sin embargo, Mark,
trabajando en su computadora, con actitud displicente, corta la conversación,
mientras que Marylin intenta sacarle plática, lo cual falla. Pero a medida que
la película avanza Marylin conoce el pasado de Mark. Hay que recordar la escena
en la que Eduardo explica larga y lentamente cómo fue expulsado de la compañía
por su mejor amigo:
Gretchen:
¿A cuánto se redujeron las acciones de Zuckerberg?
Eduardo: No se redujeron
Gretchen:
¿A cuánto se redujeron las acciones de Mozkovitz?
Eduardo: No
se redujeron
Gretchen:
¿A cuánto se redujeron las acciones de Sean Paker?
Eduardo: No
se redujeron
Gretchen:
¿A cuánto se redujeron las acciones de Peter Thiel?
Eduardo: No
se redujeron
Gretchen:
¿A cuánto se redujeron las acciones de Zuckerberg?
Eduardo: No
redujeron
Gretchen:
¿A cuánto se redujeron tus acciones?
Eduardo: A
.03 porciento
Durante
esta larga y lenta enumeración, todos en la habitación presencian la aflicción
de Eduardo – inclusive la taquígrafa, mientras escribe, le dirige una mirada a
Eduardo que se puede interpretar como “vaya, pobre chico”: inclusive ella no
puede evitar ver la aflicción de Eduardo. Terminado su testimonio, Marylin no
puede sino mirar a Eduardo con empatía. En la última escena de la película,
terminada la audiencia, Mark invita a Marylin a cenar (recordemos que en una
escena anterior fue Marylin quien lo invitó a comer a él):
Mark: todo
lo que comiste en el día fue esa enlasada: ¿gustas ir por algo de cenar?
A esto
Marylin, sin mayor explicación o justificación, simplemente responde: “No
puedo”.
Después de
escuchar el testimonio de Eduardo, de enterarse de cómo su mejor amigo se
deshizo de él, es comprensible que no quiera conocer más cercanamente a Mark.
The Social Network es logra su cometido: contar una buena
historia, pero más que esto The Social
Network arroja luz sobre fenómenos que incumben a esta generación: la
obsesión por la fama y el éxito, la inseguridad por saberse desconocido. No
está de más decir que Facebook, con su capacidad de ofrecer a la gente una
fachada de cómo quieren ser ver en el mundo y darles la oportunidad de escribir
e inclusive editar lo que digan, es muy parecida a la imagen que un narcisista
crea para ocultarse a sí mismo. Facebook, a mi parecer, como compañía, en algún
momento será superada por otra cosa, pero esta película, debido a su alto
contenido psicológico, ingeniosos diálogos y escenas cautivadoras, perdurará
por mucho tiempo.