martes, 29 de octubre de 2013

A una dama

A usted estos versos, por la gracia consoladora
De sus grandes ojos, en donde ríe y llora un dulce sueño,
A su alma pura y tierna, a usted estos versos
Que vienen desde el fondo de mi violento desamparo..

Oh, la terrible pesadilla que me acosa no reposa, ‘

Y celosa, furiosa y loca va y se multiplica
En una manada de hambrientos lobos
Que zamarrean mi suerte hasta matarla.

Y sufro, oh yo sufro en mi tormento, que hasta

El primer gemido del expulsado original
Del Paraíso es apenas una égloga a mi lado.

Y las penas que usted pueda pasar son 

Como golondrinas surcando un cielo azul 
En una bella y suave tarde del cálido septiembre.