viernes, 14 de junio de 2013

Man of Steel y el carácter mesiánico de Clark Kent

¿Superman, cristiano y Jesucristo? No es extraño que las películas hollywoodenses cada vez más y más estén repletas de significados y simbología que van más allá de la simple historia que cuentan. Ironman, la primera película, es claramente una explicación de cómo el gobierno de Estados Unidos ‘tuvo razón’ en invadir Irak y comenzar una guerra. Tampoco es extraño que tanto Avengers como en The Amazing Spider-man hay ataques y destrucción en la ciudad de Nueva York, e incluso se menciona la palabra terrorista. Bien, ahora con Man of Steel se nos presenta una película cargada de alusiones cristianas y a la figura de Jesucristo que, aunque sutiles, están presentes.

Primero tenemos a Jor-El, el padre de Clark, quien manda a su hijo a la Tierra para salvarlo de la destrucción de su pueblo. ¿Qué es eso sino una alusión a la historia de Moisés? Una vez en la Tierra, una familia humilde, conformada por un trabajador humilde (igual que José, padre adoptivo de Jesús) adopta a Kal-El y lo crían como a un hijo propio. Antes de mandarlo a la tierra, Lara, la verdadera madre de Clark, dice a Jor-El que Kal-El será un extraño para los humanos, debido a que es diferente. A esto Jor-El responde que Kal-El será un dios.

Otra de las razones por las cuales Jor-El manda a Kal-El a la Tierra es para guiar a los humanos hacia la construcción de un mundo mejor, aunque los humanos se resistan. Jor-El claramente lo dice: los humanos caerán, se tropezarán, pero tú los guiarás. Esto es una clara referencia a Jesucristo, quien es mandado al mundo por su padre como redentor de la humanidad y mostrarles el camino correcto. Hay que notar también que la edad de Clark es 33 años, la misma edad cuando Jesucristo fue traicionado y crucificado. Hay que notar que, de manera simbólica, Clark es entregado hacia el enemigo por quienes él deseaba proteger para su propio beneficio. Por último, cuando un grupo de chicos fuerzan a Clark a salir de su camioneta, Clark se encuentra leyendo un libro de Platón. Esto no es coincidencia. Platón creía en que este mundo era una copia, una sombra, de un mundo mejor, algo parecido a lo que Jor-El quería que Kal-El lograra: un mundo con lo mejor de Krypton y la Tierra. A esto hay que añadir que el neoplatonismo es una gran influencia para la teología cristiana. Antes de entregarse a Zod, Clark acude a una iglesia católica y pide consejo a un padre. Hay una toma en la que Clark habla y en el fondo, pero claramente enseguida de su rostro, vemos la imagen de Jesucristo en la ventana de la iglesia.

Por último, la visión de destrucción de muerte para la Tierra que Zod muestra a Clark en un sueño (la Tierra destruida, Clark hundiéndose entre un campo de cráneos) es, para mí, una pequeña alusión al infierno, lo cual sugiere que Zod puede ser dos cosas: la muerte o el diablo. Y, aunque sea cruel y violento, para mí Zod representa la muerte y no el diablo. Tengo dos pruebas que sostienen esta teoría. En primer lugar, en Krypton, según Jor-El, cada hijo que nace tiene un rol predeterminado que cumplir. De igual manera, la muerte tiene un rol predeterminado que cumplir en el mundo. En segundo lugar, cuando, al final de la película, para salvar a una familia, Clark mata a Zod. De cierta manera, esto es una alusión a cómo Jesucristo venció a la muerte al resucitar.


Fuera de esto, me parece que Man of Steel es una película entretenida. Sin duda alguna los efectos visuales y sonoros valen la pena, y, aunque la trama es débil, me parece que esta simbología le da un carácter al personaje que, aunque no hay que adoptar, por lo menos hay que apreciar. 

sábado, 8 de junio de 2013

The Great Gatsby de Baz Luhrmann y sus personajes más humanos y verosímiles que antes

No soy un esnob. Por lo tanto, no haré una reseña en la que diga que The Great Gatsby el libro es mejor que la adaptación de Baz Luhrmann. En cambio voy a hacer una reseña comparativa en la que contraste el libro y la adaptación de Jack Clayton, de 1974 – la mejor adaptación y la más conocida de Gatsby hasta ahora – con la adaptación de Baz Luhrmann, para iluminar ciertos puntos a favor de esta última. Me parece que es buena y arroja luz innovadora sobre esta historia que es importante notar.

La película comienza con Nick en un sanatorio. Al parecer sufre de alcoholismo, ansiedad, irritabilidad y otra serie de problemas. Esto, desde luego, no sucede en el libro: el libro comienza con Nick narrando, y no sabes dónde o en qué condiciones se encuentra.  Lo único que sabemos de Nick, en el libro, es que escribe la memoria de Gatsby dos años después de la muerte de su amigo, y ya. Más de eso no sabemos: no sabemos si al final de la historia es rico o está casado  no sabemos qué sucede con él. Y en la adaptación fílmica de 1974 solamente lo vemos salir de la casa de Gatsby y caminar en el crespúsculo de la tarde. El hecho de que la adaptación del 2013 ofrezca una interpretación del estado de Nick Carraway después de los eventos del verano de 1922 es muy enriquecedor; después de leer el libro, yo, por lo menos, nunca imaginé verlo en aquel estado, lo cual responde a algunas preguntas que tenía respecto a él después de terminar el libro.

Hay dos características de Jay Gatsby que vi en la película que me sorprendieron. En primer lugar, Gatsby es un mafioso y, por lo tanto, tiene un lado oscuro. Un gran acierto de esta película es mostrar precisamente este lado oscuro que no se ve ni en el libro ni en la adaptación de Clayton: su exasperación al hablar por teléfono con sus colegas, el hombre que los sirvientes de Gatsby golpean por armar un escándalo en la fiesta – ambas cosas propias de un mafioso. El otro aspecto es su ansiedad por Daisy. Esto lo vemos en el libro, mas no en la adaptación de Clayton; en la adaptación de Clayton vemos a un Gatsby tranquilo y hasta melancólico por el rechazo de Daisy. En la adaptación de Luhrmann vemos a un Gatbsy más humano en el sentido de que, si este hombre ha anhelado a una mujer durante tanto tiempo, desde luego que debe mostrar una desesperación infantil al verla de nuevo después de tanto tiempo. El Gatsby de Luhrmann es, pues, más verosímil que el Gatsby de Clayton.

Otro aspecto loable del Gatsby de Luhrmann es el misterio a su alrededor. El Gatsby de Clayton proyecta misterio, pero las constantes llamadas hacia el Gatsby de Lurmann, su evidente molestia y precaución de esconder un secreto, lo que al final resulta ser su carrera de mafioso, es un gran acierto de la película, que, a medida que avanza, da la información necesaria sobre el pasado de Gatsby.  En este sentido la adaptación de Luhrmann le es fiel al libro: ambas son historias detectivescas.

El aspecto más verosímil y conmovedor de la película es la pelea entre Tom y Gatsby. Sin embargo, para explicar esto hay que psicoanalizar a profundidad la personalidad de Gatsby. James Gatz, el verdadero nombre de Jay Gatsby, es un chico avergonzado de sus orígenes humildes – de sus padres, su falta dinero, su pobreza. Y es a partir de esta vergüenza que James Gatz crea un personaje nuevo, con nombre diferente, con trasfondo distinto (mientras James Gatz es de origen humilde, Jay Gatsby es de origen rico, casi aristocrático). A esto, en términos psicológicos, se le conoce como formación reactiva. La formación reactiva es un mecanismo de defensa en la que se lidia con una emoción dolorosa, haciendo exactamente lo opuesto de manera exagerada: de un chico pobre, Gatz pasa a ser un hombre rico, Gatsby, que no escatima en sus recursos para conseguir lo que quiere, hace fiestas espléndidas y desmesuradas, manda a traer ropa directamente de Inglaterra y llena la casa de Nick con flores costosas para recibir a Daisy. Sin embargo, esta manera de lidiar con la vergüenza de ser pobre no la elimina; como una espina enterrada, Gatsby simplemente cubre con un velo esta herida para que nadie ni remotamente la sospeche y mucho menos la pueda tocar. Tom es el único que la alcanza a ver, a tocar y hasta enterrar de nuevo. En la escena en el hotel, cuando lo confronta, Tom le recuerda a Gatsby que él no es igual que los demás – Tom le recuerda que es pobre y siempre lo ha sido y carece de aquello que los demás tienen: alcurnia de nacimiento. Tom, al decir esto, toca la herida velada de Gatsby, ante lo cual Gatsby reacciona desesperada y violentamente, pidiéndole a Tom, a gritos, que se calle,  amenazándole con el puño. Esta reacción devela qué tan herido se encuentra Gatsby por dentro, a pesar del aire de calma y seguridad que demuestra durante la mayor parte de la película. Esto, desde luego, no lo vemos en la adaptación de Clayton, en la que Gatsby siempre se ve tranquilo y calculador, confiado de que Daisy lo escogerá a él y no a Tom. Luhrman es más fiel a Gatsby, incluso más que Fitzgerald, ya que en el libro no encontramos esta explosión de resentimiento y desesperación. Acto seguido Daisy comprende que no quiere verse inmiscuida con un mafioso e impostor, y escoge a Tom, lo cual es congruente, congruencia que no vemos en la adaptación de Clayton en la que Daisy simplemente sale corriendo por ninguna razón en especial – inclusive a pesar de que Gatsby incluso se burla de las acusaciones de Tom. 

The Great Gatsby, el libro, no contiene más que un solo chiste; el resto es profunda y pesada reflexión y narración de los hechos. La adaptación de Clayton es igual, no contiene chistes ni humor: en ese sentido solemne le es fiel al libro. La adaptación de Luhrmann es divertida y graciosa en muchas escenas, incluyendo el reencuentro de Gatsby con Daisy y Nick bailando con Catherine, la hermana de Myrtle, lo cual es gracioso, ya que una de mis críticas personales hacia la historia y narrativa en general es su asfixiante solemnidad. Inclusive una novela solemne como Pedro Páramo de Juan Rulfo contiene más chistes, humor y sarcasmo que The Great Gatsby el libro.

Hay una característica, que más bien es duda, de Nick Carraway que me hubiera gustado ver en la película: su posible bisexualidad. En la escena en la que Nick acompaña a Tom a encontrarse con Myrtle en Nueva York, y ambos, junto con Catherine, la hermana de Myrtle, y los McKee terminan haciendo una fiesta en el cuarto de hotel (escena que vemos tanto en el libro como en ambas adaptaciones), Nick, únicamente en el libro, narra cómo abandona la fiesta con McKee y en el siguiente párrafo dice que McKee se encuentra leyendo un álbum de fotografías en su ropa interior. Este ambiguo pasaje ha generado un gran debate entre críticos y académicos, respecto a la sexualidad de Nick la importancia de esto. En mi opinión, Nick es bisexual - este pasaje y otras curiosas descripciones del aspecto de Jordan Baker lo demuestran -, lo cual es importante. Porque una característica funamental de Nick que se repite en la adaptación de Luhrmann, y no en la adaptación de Clayton, es su dualidad: el hecho de estar “adentro y afuera, simultáneamente atraído y repelido por las variedades [si saben a lo que me refiero] de la vida”. Su bisexualidad refuerza precisamente esta dualidad. 

En la adaptación de Luhrmann hay otro aspecto de Nick que es importante también de señalar: su alcoholismo. En el libro Nick menciona que solamente ha estado ebrio dos veces en su vida y la segunda fue esa tarde en el departamento de Tom con Myrtle y su hermana. Sin embargo, esta escena incluye a Nick escribiendo sobre su cuaderno, anotando que él solamente ha estado ebrio una vez en la vida y acto seguido tacha una y escribe dos. Lo cual me parece ambiguo y a la vez revelador: Nick se encuentra en el sanatorio debido a, entre muchas cosas, su alcoholismo. Por lo tanto, el hecho de que diga que solamente ha estado ebrio una y luego dos veces en la vida hace sospechar de su veracidad como narrador de la obra: si se encuentra internado en un sanatorio por su alcoholismo, ¿por qué escribe que sólo se ha embriagado dos veces? Esta mentira me hace sospechar aún más de la entera narración de Nick en el libro, porque aunque evidentemente ambos Nick son diferentes entre sí, quizá habría que replantearse hasta qué punto es fidedigna la narración de Nick en el libro.

Uno de los aspectos que sí me decepcionó de la adaptación de Luhrmann es la relación entre Nick y Jordan. Tanto en el libro como en la adaptación de Clayton, vemos que ambos tienen una relación, que al final termina debido a que Nick no soporta la deshonestidad de Jordan – cosa que también solamente se ve en el libro y en la adaptación de Clayton. Para mí esta relación es importante para mostrar la afinidad entre Gatsby y Nick, la razón por la cual Nick toma partido por él y no por Tom. En la adaptación de Luhrmann parece que la relación tiene comienzo y futuro, pero a medida que la película avanza la relación se abandona a favor de la relación entre Gatsby y Daisy, y al final da la sensación de que solamente había atracción entre Nick y Jordan pero no pasa nada más.

Por último la llamada telefónica al final que recibe Gatsby al final de la película es un aspecto que me deja con sentimientos encontrados. Tanto en el libro como en la adaptación de Clayton Gatsby muere sin recibir una llamada, creyendo que ha perdido a Daisy por siempre. Así como el mismo Fitzgerald murió de un ataque al corazón a los 44 años, creyéndose un escritor fracasado, sin haber obtenido en la vida aquello que quería y anhelaba. Me hubiera gustado en esta ocasión ver que Gatsby de nuevo muere en la derrota; hasta cierto punto aquella llamada de Nick, que Gatsby cree es de Daisy, lo redime y lo hace morir trágica pero inclusive esperanzadamente. Esto, me parece, funciona en el sentido de que Gatsby siempre mantiene vivo el anhelo y la esperanza de que Daisy algún día regresará con él. Al final de la película, con esa última llamada, Gatsby parece de nuevo esperanzado por la latente posibilidad de Daisy, cuando en realidad el espectador sabe que Gatsby ha perdido a Daisy, lo cual es otra manera de hacernos ver su fracaso. Me gusta el hecho de que Gatsby muera aún queriendo ir hacia Daisy. Es karma que Gatsby se llevaría a su siguiente vida.

¿Por qué muchas veces la adaptación de un libro resulta desastrosa a comparación del original? ¿Por qué los libros resultan ser mejores que sus películas? La respuesta es simple: los libros están hechos para ser leídos, no para ser vistos. Personajes, tramas, escenerios, los conocemos a través de la prosa, del lenguaje y  de algún estilo en particular. Si se adaptara Cien años de Soledad de García Márquez al cine, probablemente sería un gran fracaso, ya que el protagonista de Cien años, más que José Arcadio Buendía o Macondo, es la prosa con que está escrita - y la prosa muchas veces es intraducible al cine. Lo mismo sucede con The Great Gatsby. Fitzgerald en este libro parece llegar a las esferas más altas de su capacidad narrativa, lo que da como resultado una prosa musicalmente impecable, poética, ambigüa, que comunica más allá de lo que aparenta. Aún así, The Great Gatsby de Luhrmann es una adaptación que en algunos aspectos supera a la adaptación de Clayton, la adaptación de Gatsby más conocida hasta ahora, e incluso al mismo libro - esto último debido en gran medida a que Luhrmann hizo un estupendo trabajo de investigación , acudiendo incluso al primer borrador de Gatsby titulado Trimalchio, muy diferente a Gatsby, que todo académico y lector interesado en Fitzgerald y en Gatsby debe leer. Desde luego hay elementos que la adaptación de Luhrman deja fuera: imágenes, símbolos y metáforas, como la importancia de los malos conductores que comentan Nick y Jordan, la importancia del pasto de las casas de Nick y Gatsby y la simbología de los colores. Pero en general me parece una adaptación rápida e intrigante que funciona por sí misma y que arroja luz sobre una historia que es engañosamente simple pero es más profunda, compleja y devastadora de lo que podríamos pensar.