Bébeme sólo con tus ojos
Que yo
juraré con los míos
O deja un
beso en la copa;
Que ya no
habré de buscar vino,
Pues la sed
que de mí brota
Sólo pide
ron divino
Y por el
néctar del dios Hebe,
No cambio el
tuyo, ahora mío.
Corona te
envié llena de rosas,
Y no tanto
como ofrenda,
Sino con fe
de que contigo
Marchitarse
no pudiera
Pero tú
sobre ella respiraste
Para
regresarla a mi mesa,
Y desde
entonces al olerla,
Huele a ti
y no a ella