Querida
Doroty,
No puedes
ser más consistente.
Tu carta en
la cual acusas a Lewis, con quien te vas a casar, de cobardía y doble moral
mientras que desprecia a tu madre no puede ser más consistente.
… Aunque te
haya besado, Dorothy, aun cuando nos hayamos besado, nunca me agradaste pero
estaba dispuesto a hacer un esfuerzo para que me agradaras, sólo para visitar a
Lewis ocasionalmente. Hice el esfuerzo con resultados exitosos en innumerables
ocasiones. Al final ya no pude. Fue un alivio. Aun así quise guardar las
apariencias para mantener a flote los ritos sociales.
Respecto al
comentario de Hadley, que eres egoísta, estoy seguro que fue bastante sincero. Creo que
en esa ocasión mis palabras exactas fueron que eres una perra ingrata y egoísta
y que él estaría mejor en las manos del Dr. Fernández que casado contigo. Aun
sostengo esta opinión aunque el lenguaje sin duda es inmoderado.
Ahora que
has arruinado los ritos sociales, los cuales apreciarás a medida que
envejezcas, porque, Dorothy, créeme, tú envejecerás, debido a la necesidad de
hacer el trato humano soportable, por tu carta sin duda en interés de la
franqueza y la consistencia estarás muy contenta en saber lo que en verdad
pienso de ti.
Dorothy,
nunca te lo dire. A decir verdad, no sé qué es lo que opino de ti. No he
cavilado sobre nada en mucho tiempo.
Que no se
te suba a la cabeza, Dorotyhy, que responda la carta que enviaste a Hadley. Sé
que no me la escribiste a mí. La respondo porque me divierte escribir una carta
amistosa. ¿Es amistosa no lo crees? Tal
vez tú no la veas así. Aun así
cada vez que la leo me siento más amigable. De hecho, odio tener que
mandártela. Pero me quedaré con una copia. Tú quédate con la original.
Para hacer
el manuscrito más valioso la firmaré,
Con cariño
como siempre,
Ernest
Hemingway
PD – Hadley
dice que lo sentirá mucho si Lewis nos hace una visita sin permiso