viernes, 15 de mayo de 2015

El hombre apegado a los bienes materiales

Llévate todo lo que encuentres,
sin mi auto sigo vivo, sin el arma eres una mierda
 – Carjacking, Jorge López Landó

Juan Alberto González García, cuarentón, 4.7 años de sueldo para pagar Escalade negra del año, grandes sacrificios. Gasolina Premium, lavado cada semana y ay de aquel chavillo que se atreva a darle pelotazo jugando futbol en la colonia. Noche en la ciudad: fiesta larga, regreso a casa, espera semáforo en verde. Prende cigarro, pum pum, golpazos en la troca. Voltea asustado. Chavillo junto a la ventana, fusca en la mano, lo apunta directo a la cara. A pesar del temor, cavila: manos en el volante, pie en el acelerador, puede pisarle y jugársela y salir a gorro, es mi troca, me costó un buen, no sean así. Fusca lamiéndole las sienes lo obliga finalmente a bajarse. Chavillos se suben. La troca, quemando llanta, arranca, se pierde en la noche. En casa, llora, maldice, quiere ver arder al mundo. Esposa Haydee observa, la vida vale más que cualquier troca. Juan no acepta, insiste en sentirse agraviado, lastimado, ¡me han quitado mitad de mi vida! Después de un rato, por fin logra conciliar sueño, se despierta a la mañana siguiente sólo para encontrar a su esposa dormida a su lado y ver desaparecidas las extremidades que antes de la troca lo llevaban a todos lados.