La
vecinita tiene un gato, gato que mata por celar
– Vico C
A Romelia le gusta Gustavo, su vecino del apartamento
15B, y Gustavo también gusta de Romelia, la vecina del apartamento 13ª, y ambos
saben sobre la atracción del otro, pero ninguno de los dos se atrevía a decirse
las cosas de manera directa, sin tapujos. Romelia desnuda y a veces semidesnuda
sobre su cama, con la ventana descubierta; sólo Gustavo puede verla. La ve;
ella, de reojo, lo descubre. Aún puerta sin tocar; plan no funciona. Cansada de
esperar y caliente hasta más no poder, Romelia invita a cenar a Martín, el
vecino del apartamento 17, para generar celos. Ventana de nuevo descubierta. Luz
prendida, figuras y sombras. Gustavo se asoma. Romelia presiente mirada sobre
ella y su amante en turno. Voltea hacia ventana a Gustavo, piensa que lo
encontrara estupefacto, colérico o indignado. Nada de esto. Sorpresa total. Gustavo
parte del acto sexual, o por lo menos intenta serlo, al masturbarse, con la
mirada fija y sedienta de los dos allá arriba.