martes, 23 de noviembre de 2010

La colegiala

Yo te diré, niña hermosa,
Eso que debías saber,
Ya que tu cuerpo de diosa
Siento en mis brazos yacer.

Tu carne tan frágil es blanca,
Como la nieve y la lis
Tu pecho de venas moradas
Tiene dos arcos sin fin;

Tu boca, flor exquisita,
Enciende miles de besos,
No obstante, entre tus camisas
Esperan algunos más tersos.

Con esto, ya colegiala,
Serás, te garantizo,
Docta licenciada
En el arte del amor íntimo.