martes, 23 de noviembre de 2010

Nicotina

Quiero dejarte olvidada en el paquete,
Quiero que mis labios no pronuncien ya tu nombre,
Quiero sentir que por primera vez soy hombre
Al tratar de desacostumbrar mis dedos de tu cuerpo.

Eres en verdad adictiva. Y no encuentro
Cura alguna a tus femeninos encantos.
Parches y parches me pongo sobre el brazo
Y aun así no logro despojarte de mi mano.

Gauloises, Camel, Marlboro blancos y rojos:
En todos tú apareces; en todos yo te absorbo,
Y cuando el excesivo humo se condense ante mi rostro
Sabrá la vida que recuerdo nuestra infancia.

Y sabrá que cuando voy preocupado por la calle,
Ansioso, loco y mirando a todos lados,
Es porque un cerillo es lo que en verdad estoy buscando,
Pues te llevo a todas horas, olvidando los pretextos…

¿Una recreación para olvidar tal vez que existes?
Claro: si vieras lo que hasta ahora he hecho:
Caminar, dormir, salir, mirar al techo,
Pero cuando volteo son cenizas lo que veo.

Hace una semana intenté dejarte (habrás oído los rumores).
Pero no pude; fui débil, y corrí a buscarte;
Te encendí y fue en ese momento, ese desquiciado instante
Que me di cuenta de lo bajo que he caído:

En un cenicero, y a lo lejos, te consumabas en mil cigarrillos…
Te lancé lejos, lo más lejos que pude,
Cerré mis ojos y bajo mis lágrimas fúnebres
Me pregunté amargamente qué será de mis pulmones.